Un viaje de mundos fantásticos a mundos virtuales.
Mis inicios en la docencia fueron los ideales, porque empecé en un programa de alfabetización para adultos y aprendí mucho de las personas con quienes me tocó trabajar. Pasados los años, mis planes de vida me llevaron por otros senderos pero siempre experimentaba una especie de provocación del destino, al recibir propuestas para asesorar a niños o compañeros en temas que les causaban dificultad en su formación académica. Durante mi formación universitaria el "coqueteo" continuo y finalmente me atrapó, y me mantiene atada a la profesión que más me apasiona y me motiva, al grado de levantarme de la cama a horas impredecibles para registrar textualmente las estrategias de enseñanza que puedo aplicar con mis estudiantes.
"Las mejores ideas surgen en el silencio y a la luz de la luna".
Mi inicio formal en la docencia universitaria fue en el Taller de Radio, ahora Producción Radiofónica, y en ese entonces, junto a mis estudiantes, viajamos a mundos fantásticos a través de imágenes auditivas. Después, el mundo de destino era virtual, un reto tan fascinante como el anterior, que nos encamino a experimentar la comunicación multimedia.
Ya han pasado casi 20 años y no siento nostalgia, porque tengo mi vista puesta en nuevos retos, para mi y mis estudiantes, porque la comunicación y el ejercicio de la profesión ha evolucionado, y ahora nos toca ser y hacer cosas diferentes. Los comunicólogos ahora somos especialistas en diferentes líneas, susceptibles a complementarse, siempre, y casi para todo.
Saber producir ya no es suficiente, los estudiantes llegan a la carrera en busca de perfeccionamiento de sus habilidades y competencias, muchos de ellos son reconocidos youtuberos, influencers, fotógrafos, locutores, comunity manager, directores de negocios virtuales, por mencionar algunos, y cada año, analizar los perfiles de ingreso nos revelan necesidades emergentes de formación, nos imponen retos y nos exige la disposición para aprender juntos, y aprender de nuestros estudiantes, los nuevos y revolucionarios lenguajes de la comunicación. Producir es una tarea cada vez más accesible para los jóvenes, asevero esto sin entrar a polemizar sobre teoría y metodología, porque existen miles de recursos que facilitan el auto aprendizaje, y de recursos ni hablemos, hay millones.
"La brecha generacional es cada vez mayor, incluso entre la generación "Y", los millenials que iniciaron con la digitalización; y la generación Z, que viven la expansión masiva de internet".
Trabajar en los entornos virtuales, re potencializados a causa de la pandemia por Covid 19, ya no es un quehacer exclusivo de los medios de comunicación digital, ahora los negocios son el objetivo de los profesionales que deben atender las exigencias de los usuarios y las necesidades competitivas de los emprendedores.
En la era de la comunicación y la información, los comunicólogos tenemos un papel protagónico, especialmente desde la comunicación organizacional, que nos coloca en un lugar estratégico para trabajar el establecimiento, diseño de marca y filosofía, por mencionar algunas competencias, de las organizaciones culturales, políticas, periodísticas, religiosas, deportivas, etc. Sin duda, todas las organizaciones requieren del comunicólogo organizacional que trabaje en el establecimiento del negocio, para que posteriormente los especialistas en contenido realicen su trabajo en los parámetros y líneas estratégicas predefinidas.
"La era de la comunicación, es la era del comunicólogo".
El trabajo se relata simple, pero implica desempeñar nuevos roles que han surgido de la convergencia de quehaceres y la profesionalización en el entorno virtual, lo cual significa un reto y una responsabilidad, pero sobre todo significa una oportunidad más empoderarnos como comunicólogos en el entorno presente y futuro de la comunicación en el mundo.
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